Comparar el papel
del conflicto
y noción de equilibrio
entre Freud y
Nuttin.El psicoanálisis encara el problema del
conflicto entre las fuerzas psíquicas desde un punto
de vista psicopatológico.La represión se considera el proceso
central en el cual desemboca el estado
conflictual dentro del psiquismo. Los factores en conflicto
son la libido autóctona y el superyó, que es de
naturaleza
mas bien exógena, ya que su contenido está
constituido por las influencias sociales exteriores. El
conflicto es esencialmente patógeno en sus
resultados.El estado de
equilibrio psíquico es caracterizado desde un punto de
vista patológico. El equilibrio normal se realiza
gracias a que los factores reprimidos están
refrenados, o llegan a escamotear la censura. En esas
condiciones, el equilibrio psíquico consiste en el
hecho de que los factores patógenos no surtan sus
efectos.Es probable que la
personalidad, considerada desde de la psicología
general o normal se presente bajo un aspecto un poco
diferente. Es posible también que en el hombre
normal la situación conflictual en el interior de su
psiquismo se manifieste bajo otras formas distintas de la
represión. La deformación profesional del
psicopatólogo induce a veces a considerar el
fenómeno normal como una desviación del
anormal.NUTTIN: La estructura
dinámica de la personalidad está caracterizada por
conflictos
y tensiones interiores.Hablamos de conflicto específicamente
humano.El hombre,
por el contrario, manifiesta, al lado de dinamismos
análogos a los del animal, un rasgo
característico: su vida no se desarrolla en el
interior de un campo delimitado por la especie
biológica. Su dinamismo desborda el curso del desarrollo
automático o biológico del organismo. En el
psiquismo humano se manifiesta un impulso a una cierta
superación de sí mismo, es decir una fuerza que
tiende a trascender, mediante una intervención
consciente y un esfuerzo personal. La
forma como el hombre se libera de ese curso automático
del desarrollo de su ser, constituye una actitud
personal.El proceso que acabamos de describir es el hecho mas
saliente del comportamiento humano tomado en su totalidad y
comparado como tal con el comportamiento de los animales. La
actividad humana se caracteriza por un desarrollo y un
progreso que contrasta con el estancamiento de la conducta
animal.Sin embargo el hombre individual es necesariamente
un ser en contacto constante con su medio y con los hombres
que lo rodean.En las distintas culturas ese impulso se presenta
bajo formas diferentes.Esa fuerza interior generadora de progreso no es
más que la actualización de potencialidades
siempre renovadas en el hombre. Es un dinamismo vinculado a
la función cognoscitiva. Una imagen ideal,
es decir una imagen de lo que el hombre se propone hacer de
sí mismo de lo que el hombre desea llegar a ser,
está presente más o menos conscientemente en
él.Aunque se inspire siempre en las situaciones
sociales y culturales en las cuales vive el hombre, es ella
al mismo tiempo, en
mayor o menor medida, fruto de una situación y de una
espontaneidad personal.A menudo se considera ese impulso como la simple
fuerza orgánica manifestada por el organismo viviente
en el desenvolvimiento de su forma biológica propia.
Todo organismo vivo posee, en efecto, una actividad dirigida
hacia un desarrollo más acabado y hacia una integración más completa de
elementos del medio.De ahí esa forma específicamente
humana de la tendencia a la expansión de sí:
por una parte, la forma de personalidad hacia la cual tiende
el hombre está presente en él como una especie
de ideal; y por otra, el hombre toma posición respecto
de su forma actual de personalidad y de las tendencias que en
él actúan.En el hombre que ha hecho suyo ese último
ideal de abandono al impulso, palpitan también
quizás tendencias a un desarrollo más
constructivo.Esa forma característica bajo la cual se
presenta en el hombre el dinamismo del impulso a la
realización de sí mismo, provoca un estado
activo de conflicto, es decir una oposición vivida y
una tensión en el interior mismo del dinamismo
psíquico. A cada instante se encuentra, como persona,
frente a varias formas posibles de realización de su
personalidad y a fuerzas que actúan en direcciones
divergentes.El instinto sexual constituye una de las fuerzas
conflictuales más poderosas que la realización
de una imagen constructiva de la personalidad tenga que
dominar.El estado de conflicto que se manifiesta en el
interior del hombre tiene que enraizarse profundamente en la
forma humana de la vida psíquica. El conflicto es
esencial y fundamentalmente un estado de tensión
constructiva en el hombre normal.Explique como
se da el dinamismo psíquico para
Nuttin.- FREUD: ( Conflicto= Freud)
Es aquí donde nos oponemos a las ideas de
Freud. Según éste, la línea del
desenvolvimiento humano no exigiría otra
explicación que la del animal.La dinámica fundamental descansa sobre dos
clases de datos:1) Freud: Creía comprobar que el instinto
sexual cumple una función capital en
la producción del conflicto en que se
originan los trastornos psiquícos.Incluso todas las clases de actividades y
móviles contienen elementos de la libido sexual. Sobre
esta base pareció ver en la libido la fuerza
psíquica universal mostró que la libido
podía adoptar una gran variedad de formas.¿Cuál es la necesidad fundamental
en el hombre? - El dinamismo tiende a trascender por medio de la
realización de unas potencialidades
específicamente humanas, el proceso de
expansión automática del organismo
psicofisiológico. Su influencia es directamente
constructiva, es decir, que, contrariamente a la teoría freudiana, engendra los
valores culturales, no mediante una transformación
de fuerzas, sino por medio de una actualización de
potencialidades propiamente humanas.En psicoterapia son las necesidades más
frustradas en una época dada las que se colocan en
primer plano. Por esta razón se trata de examinar
más sistemáticamente las necesidades humanas,
tomando al ser total del hombre en su normalidad.Encontramos como dinamismos fundamentales: el
instinto sexual (Freud) y el instinto de poder
(Adler). Además el psicoanálisis ha pretendido
que toda la dinámica constructiva en el hombre se
reduciría en último análisis a la libido sexual; de manera
que esa necesidad no sería solamente el dinamismo
fundamental, sino que constituiría en definitiva la
única fuerza positiva. De este modo, la estructura
dinámica queda reducida a su forma más
simple.Sintetizar la idea
de desarrollo constructivo y la integración de la
personalidad normal. - Necesidades fundamentales en el hombre: El
hombre necesidad de afecto, como la tiene de comida; se
esfuerza por obtener de los demás un cierto
reconocimiento de su personalidad; experimenta necesidades
sexuales y trata también de dar un sentido a su vida y
a su trabajo.En el curso de ese procesos
de desarrollo integrador el hombre tiene en cada instante una
elección que hacer. Tiene que elegir entre la
satisfacción de ciertas necesidades en una u otra
línea de dichas potencialidades.Por el reiterado consentimiento a satisfacer
determinadas necesidades y por la no satisfacción de
algunas otras, se desarrolla casi siempre el dinamismo humano
en ciertas direcciones privilegiadas. Unas potencialidades
presentes en la personalidad son explotadas, en tanto que
otras quedan sin aprovechar. Se buscan conscientemente
ciertos objetos, haciendo ellos surgir nuevas orientaciones
dinámicas, en tanto que no se otorga
satisfacción a otros deseos.En virtud de esa canalización el comportamiento
humano se desarrolla en determinadas direcciones,
quedando otros senderos casi sin frecuentar. Así,
ciertas posibilidades reales de desarrollo desaparecen o se
atrofian progresivamente, porque no dan lugar a actividades
que coronen el éxito, es decir, a una actividad en la
línea de las aspiraciones del sujeto.El desarrollo de la personalidad debe
concebirse, como el desarrollo de los contenidos
dinámicos y del comportamiento en general. - El desarrollo equilibrado se realiza
más bien en virtud de una integración en la cual
se encuentran en una u otra forma de ideal personal, las dos
líneas de construcción. FASES EN EL
PROCESO DE INTEGRACIÓN DE LA
PERSONALIDAD:
Primera fase de la integración: se
desenvuelve en la esfera íntima. Consiste en la
aceptación íntima de sí. Es decir que se
acepta positivamente el conjunto de rasgos, de las
potencialidades, de lo que experimenta en el fondo íntimo
del propio yo. Esa aceptación es, aceptar ser él a
partir de esos datos tal como los encuentra a sí mismo.
Gasta su energía en rebelarse contra sí mismo,
contra la sociedad,
etc.
Segunda fase: Se desenvuelve en el nivel de la
socialización de la
personalidad.
Este aspecto del proceso de integración consiste
en hacer suyas las formas y posibilidades de existencia que
ofrece o impone el medio cultural en que uno se encuentra. Su
personalidad se encierra en sí misma, y, una vez
más, el dinamismo psíquico se consume en
irritación estéril o destructiva.
Tercera fase: Es la reducción del
antagonismo entre la esfera íntima y las estructuras
sociales de la personalidad. Durante esta fase, las dos esferas
llegan a aproximarse en la unidad de un yo social, donde lo
íntimo no es ya el yo frustrado, y donde lo social no es
ya tanto la máscara cuanto una forma de
expresión.
Esto implica que la tensión interna que
caracteriza el dinamismo psíquico del hombre se disuelve
por medio de la canalización de las necesidades de las ya
habladas.
Distinguir lo normal de
lo patológico.
7) Lo normal y lo patológico tienen que
concebirse desde un punto de vista funcional. El carácter patológico reside en una
estructura de conjunto, no en el carácter material de los
distintos elementos que en él se integran. Lo que importa
en el estudio del funcionamiento normal de un organismo es la
función respectiva de los distintos elementos dentro de la
estructura global, así como el conjunto de los mecanismos
o procesos que aseguran dicha actividad integrada.
El elemento normal o anormal debe buscarse en el factor
activo que es el responsable del arreglo funcional de los
diferentes componentes del organismo y del psiquismo y no es uno
u otro de dichos elementos aisladamente considerados. Ese factor
activo puede compararse al organizador de que nos habla la
embriología experimental.
El estudio del desarrollo patológico es de
fundamental importancia para atraer la atención sobre la influencia que ejercen la
ausencia y la presencia de determinados factores.
Cuando destacamos la distinción que debe hacerse
entre lo patológico y lo normal en el estudio de la
personalidad humana, la razón principal que aboga a favor
de un estudio directo de lo normal, es que el funcionamiento
global y la función respectiva de los distintos elementos
dentro de la estructura del conjunto no son idénticos en
uno y otro caso.
El hecho de que una formación patológica
en el hombre adulto se asimile mucho a un elemento de la fase
primaria de su desarrollo, en tanto que la estructura adulta
normal se diferencia considerablemente de ella, no alega a favor
de una interpretación de lo normal en
función de lo patológico. Lo normal no es
más que una forma de organización progresiva del conjunto de los
elementos psíquicos.
Trabajo realizado por
Luciana Scodellaro.
Docente de EGB
CÁTEDRA: Psicología de la
personalidad.
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